“Sobre tres pilares el mundo se sostiene: sobre la Torá, sobre la ‘Avodá’ (Culto) y sobre las Acciones Bondadosas” afirmaba Shimón haTsadik nuestro maestro en el Tratado de Pirké Avot.

Y mientras por Torá entendemos el estudio activo de la Palabra de HaShem, su comprensión y puesta en práctica de Sus mitsvot, allí también comprenderá el final de su pensamiento que nos hablaba de ‘guemilut jasadím’, el accionar cotidiano que brota del estudio y su puesta en marcha en la vida diaria.

Pero, en medio de estos tres pilares, asoma el concepto: ‘Avodá’ que si bien, el lector sabedor del idioma hebreo traducirá como ‘trabajo’, habrá observado que lo dimos en traducir como: ‘Culto’, es decir, una suerte de trabajo ligado a lo ritual, que alcanza al hombre por doquier para arribar hasta El Todopoderoso en Su Trono Celestial.

En este tercer Libro de nuestra Torá, Jumash Vaikrá, estamos frente a la ‘Avodá’ propiamente dicha, o sea, aquel aspecto que media -desde la definición del Pirké Avot-, entre el Estudio y la Bondad, y que se nos aparece, al menos en una primera lectura, como el ‘mediador’ o más bien el ‘nivelador’ entre ambos pilares.

Vaikrá’ nos invita a captar y comprender a lo largo de su recorrido todo lo referente a una tarea: ‘Korbanot’, los sacrificios -animales o vegetales- los cuales serían eje central en el quehacer de Templo de Jerusalém, el Bet HaMikdash.

“Kirbat Elokim li tov…”cantaba David ha-melej. ‘La cercanía de D’s para mí, es buena’ decía el rey David en su Tehilím. Y tal sensación, la cercanía del Todopoderoso, no era una mera ilusión. Era una necesidad imperiosa para el hombre como tal, para el monarca como tal. Para aquel cuya fe lo hacía superar día a día las compuertas de los Cielos y cantarLe al Creador…

¿Y cómo acceder a estar cercano? ¿Cómo percibir que D’s ‘se encuentra cerca nuestro’? Sólo a partir de una comprensión genuina de la ‘Avodá’, podremos ingresar en tal conocimiento. Pues la misma esencia del ‘Korban’ nace de su propio sentido: la capacidad de estar ‘Karov’, cerca de, cercano a…

No hay tal ‘sacrificio’ en el sentido que los diccionarios proponen. Para nuestra tradición religiosa, el ‘Korban’ presupone cercanía, proximidad, estar junto a

Y será a través de la ‘Avodá’, ‘Avodat haKorbanot’ que podremos descifrar los caminos que conducen al Creador y por sobre todo, cómo mantenernos ‘cercanos’ a El, es decir, poder cumplir con Su Voluntad.

Será a través del estudio y la sabiduría que emergen de cada versículo de nuestra Torá, que llegaremos a comprender “..qué es lo que HaShem, Tu D’s, exige de ti”; y será a través de los Korbanot, como nos ejercitaremos en el hacer diario. Porque una vez que puedo saber lo que HaShem quiere de mí, debo indefectiblemente intentar acercarme hacia El y permanecer unido a El…”Le-ir-á et HaShem Elikeja…Le-Ahavá…ule-Dobka bo…”. Así el Temor a El, se conjuga con el Amor al Todopoderoso y a nuestra unión -‘debekut’- para con Su Voluntad.

David hamelejcomprendía el sentido de lo bueno. De aquello que estuvo instalado en nuestro mundo desde el instante mismo de la Creación: “Y vió Elokím que era bueno…”. Y la cercanía del Creador, es la meta a alcanzar y perseguir en este mundo. Claro que la tarea no es simple ni fácil. Los ‘Korbanot’ serán el medio para cumplir con ella. Pero el fin, ya lo decía el rey David, en un salmo que elevamos tres veces al día, para asegurarnos no sólo el servir -‘Avodá’a D’s en este mundo, sino poder hacerlo en el mundo venidero, en un mundo “sheculó tov”, donde todo, absolutamente todo, está contenido dentro de lo: ‘bueno’…

Dice el rey David: ‘karov HaShem le-jol koreav; le-jol asher ikreú-u be-emet…’. Es decir, que ‘HaShem está cerca de quienes Le invocan’, pero concluye el versículo: ‘de todos quienes Lo invocan con la Verdad…”.

Arribamos a Vaikrá y tenemos ‘al alcance de la mano’ la posibilidad de estar muy cerca. Muy cerca de la Verdad…Y eso no es poca cosa.

 

Rabbi Maarabi is the Chief Rtabbi of Uruguay