הרב דר. מרדכי מערבי, תשס”ה
Nuestra porción semanal se abre paso tras intensos ocho díasde vivencias y celebraciones, que acompañaron nuestro tiempo de libertad-en el plano de lo físico- y la “gueulá”-la redención- desde la intensidad de lo espiritual, sensaciones que nos regaló una vez más la Festividad de Pesaj, en su paso por nuestro calendario humano. Sin lugar a dudas, nuestra Sagrada Toráacompañó a cada uno de estos días, con una lectura especial, acorde a los tiempos exactos que delinearon la ‘ruta’ segura de esa libertad, que la Voluntad del Todopoderoso diseñó y designó desde siempre.
Queda fresco entre nosotros, a pocas horas de ser evocado, el milagroso y maravilloso cruce del ‘Iam Suf’, aquel mar de los juncos, teñido de ‘rojo’ vaya uno a saber por qué, y que dio ‘por tierra’ un pasado y un pueblo, junto a su necio y terco monarca, cosa que eternizó nuestra Torá aquel día diciéndonos: “…por cuanto habéis visto a Egipto como en este día, no lo volveréis a ver nunca jamás”.
No se trata querido lector de no volver a encontrarnos con los egipcios, no. Sino de cómo los hemos enfrentado hasta ahora. Hasta ahora el pueblo judío había visto a Egiptoy sus habitantes como sus dueños y amos. Con la cabeza bajay ‘desde abajo’, si nos permite la expresión.
Desde ahora, asevera el Todopoderoso, nunca más así…Nuestras cabezas estarán erguidas, y cuando se eleven será para venerar a D’s, a recibir sobre nosotros Su Presencia y a reverenciar Su Gloria y Majestad…Ya no será el látigo del egipcio que subyugue. Ahora ingresamos bajo otro ‘yugo’…“Ol Maljut Shamáim”, el yugo Celestial. El vivir de acuerdo a D’s, el abrazar la libertad del cuerpo y del alma.
Así entonces retornamos al cauce de la lectura semanal. Con esos ingredientes. Y encontrándonos con una ‘casualidad’ feliz: “Vaihí ba-iom ha-sheminí…” -‘Y aconteció en el día octavo’ comienza nuestra perashá.
Ese día octavo hace referencia a un tiempo muy especial. Transcurría para nuestra Torá el día 1ºde Nisán, un año después de aquel llamado de D’sa Moshé y a Aharónen tierra egipcia, indicándoles transmitir al pueblo hebreo -aún esclavo- la primeramitsváque se haría carne en toda una nación: “Este mes es para vosotros, principio de meses; primero es para vosotros entre los meses del año…”.
Ese mes era Nisánprecisamente. Allí se estaba gestando la libertad. Un año despuésla libertad se vestía con sus mejores ropas y acercaba una vez más -como en los tiempos de la Creación del Universo, a los Cielos y a la Tierra-: El pueblo judío tenía ante sus propios ojos el espectáculo sobrenatural más sublime así como conmovedor: El Santuario Móvil del desierto estaba siendo inaugurado… Y todos, absolutamente todos, habían tomado parte del mismo.
“El día Octavo”del cual nos habla nuestra perashá, no es un día más, sino ‘el día’…
Un tiempo que transcurre por fuera de la ‘naturaleza de las cosas’y por fuera de los tiempos de la naturaleza creada por D’s.
La obra de la Creación contiene siete días, no hay un ‘día octavo’…Porque el Santuario pertenece a otra esfera. Tanto como la Sagrada Torá que contiene…
Y hoy, a un año de evocar el ‘haber tomado el tiempo en nuestras propias manos’, la Torá nos viene a insinuar que también el ‘espacio’ será del dominio del hombre.
El ESPACIO como reducto de Santidad y no de poder. El ESPACIO como dominio de la espiritualidad, no sólo de terrenalidad.
Israel ha sabido de tiempos y espacios. Y de la privación de ambos. Por años, décadas y centurias. Sabemos lo que es haber perdido lo propio a manos de quienes ostentaron el poder y la palabra de sus dioses… Pero Israel ha renacido como estado y como cuna espiritual del pueblo judío. Hace ya 56 años. En un mes que, como el que se aproxima en la bendición de este Shabat-IYAR-, vio nacer al Estado Judío, soberano, dispuesto a no perder más, nunca más, a manos de otros ‘imperios’ o terroristas de turno ni SU TIEMPO NI SU ESPACIO. “Netsaj Israel lo ieshaker…”, ‘La eternidad de Israel jamás será negada ni desmentida’.
Rabbi Maarabi is the Chief Rtabbi of Uruguay