הרב דר. מרדכי מערבי, תשס”ה
Estamos culminando el libro de Vaikrá. Es ésta su anteúltima perashá. Dos aspectos sobresalen entre todos. Uno de tendrá que ver con un tiempo muy especial, característico y altamente significativo en la vida de los seres humanos, sus pasiones, sus logros, sus pertenencias. Hay ciclos, sugiere nuestra Torá, donde se pondrá de manifiesto la verdadera del hombre frente a la Creación y al Creador.
Hay un tiempo, que vuelve al cabo de ese ciclo, que renueva la esperanza para quien la ha perdido; un año, que revitaliza la espiritualidad de una humanidad, que mide sus alcances con la estimación de cuanto tiene o cree poseer.
Hay un día, donde todo vuelve a “fojas cero”, y al día siguiente volvemos a empezar. Como ayer, pero diferente. No son los días ni los años tan solo. Es el TIEMPO, aunque también es la EXPERIENCIA.
Hablamos del Iovel. Shenat Ha-Iovel. El año 50. Año del Jubileo. Con todo lo que ese nombre implica y obliga. Ciclo de tiempo -50 años-, etapa de recogimiento -jubilo/jubileo- del encuentro con la alegría genuina, porque nos encontramos con…nosotros mismos. “Iovel hí, shenat, ha-jamishím shaná tihie lajem”, anuncia nuestra sagrada Torá. “El año del cincuentenario, habrá de ser para vosotros, año de Iovel…”.
Insinúa el versículo una dimensión mas que especial: porque si bien, el “tiempo” nos pertenece mientras transitamos la vida -sus días, semanas, meses y años-, este tiempo de Iovel, es particularmente nuestro: “Tihie Lajem…”.
Para especificar aún más el sentido de pertenencia, el texto explicita que: “…no habréis de sembrar ni habréis de cosechar lo que germinare de la tierra, ni habréis de vendimiar el remanente de las uvas” (Vaikrá 25:11). El no actuar en nuestra rutina, es indicador para la Torá de un cambio; el no operar en lo cotidiano, ya es significativamente distinto: Nuestrotiempo, el verdadero tiempo que dedicamos a nosotros mismos, tiene que ver con el poderalejarse de todo aquello que “lo ocupa” Y NO NOS PERMITE POSEERLO…
Pero estemos atentos, por favor. Pensar en nosotros y nuestro tiempo, no nos debe llevar al aislarnos ni a dejar de tener en cuenta a otros!! “Lajem” – “Vosotros”- es plural. Porque el Iovel, al decir de la Torá, es para todos por igual…
Decíamos al principio de nuestro comentario, que eran dos los aspectos a considerar. Y el segundo de ellos, se refiere también a preceptos de carácter social, y en este caso, los tendientes a evitar el empobrecimiento de nuestro prójimo, al que nuestra parashá lo presentará como “AJÍJA”, es decir, TU PROPIO HERMANO.
“Ki iamuj ajíja umajár meajuzató…”; “…ve-ji iamuj ajíja, umata iadó imaj”; “…ve-ji iamuj ajíja imaj venimkar laj…” (Cap.25:25; 35; 39), son los versículos que exponen la dramática realidad de este hermano empobrecido. En el primer caso, se nos plantea el camino para evitar la pobreza de él causada por la pérdida de su propiedad. En el segundo, arbitrar los medios que eviten su empobrecimiento, por la pérdida de su sustento. El tercer momento, nos pone la cruda necesidad en la cual puede verse sumido ese prójimo, cuando “se vendiere a ti como esclavo…”.
La Torá -desde siempre-, nos invita a reflejarnos en un espejo muy especial. No precisamente en aquel donde sólo percibimos nuestra propia imagen y silueta. El espejo social de la Torá hace que “despeguemos” la fina capa de plata adherida al espejo original -al decir del viejo y sabio relato jasídico-, para que no quede espejo, y se transforme en vidrio, transparente, que permita ver al otro, “lo otro”, oculto circunstancialmente por “la plata”…
Porque la pobreza, en la visión bíblica NO ES UN CASTIGO. DEFINITIVAMENTE NO. Aunque tampoco es una “bendición”. Pero de algo no tenemos dudas: el que nuestro hermano alcance la dimensión de la pobreza – “ki iamuj ajíja” -, lo deberemos analizar a la luz de la expresión que sigue: “IMAJ”, CONTIGO, A TU LADO (y para algunos comentaristas más extremos: POR TU CAUSA!!!).
¡Pobreza con Soledad no pueden convivir para la Torá! Aunque la realidad, la nuestra, nos las presenten como amigas inseparables…Porque lamentablemente una conduce a la otra. En una “cascada” incontenible, imparable…Incomprensible.
Por eso es, que se nos advierte: “…Cuando se empobreciere tu hermano, -y vacilare su mano- junto a ti, habrás de sostenerlo: fuere extranjero o residente,
‘Y QUE VIVA CONTIGO’. “Va-Jái imáj…”, ¡maravillosas palabras! Dos nada más, ¡que hacen a todo el mundo! Dos expresiones, una que habla de VIDA, la otra que habla de VOS o YO, o TODOS NOSOTROS tal vez, que le hacen recobrar el sentido a la Creación!!
“Que viva contigo” significa para la tradición rabínica generacional, “…vivienda como tú, alimento como tú, y vestimenta como tú”. Ni más ni menos. Y para algunos sabios del Talmud (cada día más sabios, al contemplar las “genialidades” del presente), “…afilu sus lircav alav ve-eved laruts lefanav”, deberé proveerle a este hermano empobrecido ‘un caballo para montar o bien un esclavo que camine delante de él’, acotando los rabinos, que hay pobres que tambiénhan perdido hasta …EL HONOR, EL “CABOD”…(y también eso hay que dispensarles).
Y entonces, entre tiempos ideales y reales transcurre nuestra vida. Pero hay encuentros. No sólo en el espacio. Los hay también en el tiempo mismo.
El año Cincuenta, IOVEL, hace lo que nunca imaginamos podría llegar a cambiar. El año del Iovel, permite el retorno de la dignidad humana a su lugar. Logra con su llegada cíclica, a devolverle al ser humano su verdadera y olvidada dimensión: la que le dice que es LIBRE, y que dicha LIBERTAD, NO TIENE PRECIO ALGUNO.
Le anuncia, bajo el agudo, estridente y profundo sonido del Shofar, a la finalización del día más sagrado del año, IOM HA-KIPURÍM, que han finalizado todas “las pertenencias terrenales”; que se han quebrado las cadenas que esclavizaban; que por fin el hombre, puede retornar a EL MISMO, A LO SUYO, A LO QUE MÁS AMA Y ANHELA…
“…Y consagraréis el año del Cincuentenario: y proclamaréis libertad en la tierra para todos sus habitantes. Iovel es, será para vosotros; retornaréis cada hombre a su posesión y cada hombre a su familia habréis de retornar…” Aquí ya no hay pobres ni ricos. En honor a la verdad, sólo de riquezas podemos hablar. Pero de las otras. Así como hablamos de las “miserias humanas” -y no necesariamente de seres humanos no pudientes-, aquí se instala la fortuna espiritual más grande: el tiempo donde nos vemos de “igual a igual”, donde la libertad se instala entre los vivos y para la vida; donde los “monumentos” no tienen razón de ser, mientras la carne -el hombre- vive, siente, palpita y lucha sus batallas por la honorabilidad, la dignidad y sus derechos, responsablemente.
Así, el feroz y temible fantasma del empobrecimiento que azota las sociedades del mundo, puede ser prevenido. Aunque, para todo aquello y todos aquellos que lo generan, les llega un tiempo muy particular: elIovel, Jubileo en su traducción, Júbilo en su concepción: Porque Iovel es el límite a cuanta degradación puede arribar el humano; porque Iovel, sí es alegría: la alegría de saber, que hay una fe, una tradición religiosa, Un D’s Creador y Su Palabra, “comprometido” desde siempre con Sus Criaturas. Alegría en fin, porque al decir de la frase popular “no hay mal que dure 100 años”, el judaísmo le antepone límites claros y precisos, mucho antes: justo ‘a mitad de camino’. Porque a mitad de camino, podemos cambiar, y continuar la vida…Nada más. pero nada menos: VIVIR DE ACUERDO A LO QUE AMAMOS Y A LO QUE QUEREMOS…
Rabbi Maarabi is the Chief Rtabbi of Uruguay
הרב מערבי הינו הרב הראשי של אורוגוואי